Crítica de ‘Baby Driver’, una historia sobre ruedas y mucha música

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Una joya llena de humor, acción, romance, música y locura… mucha locura al volante.


Baby Driver es una de esas películas que enamora desde el primer visionado. Seguramente vosotros hayáis descubierto el amor a primera vista en algún momento, pues con esta película ocurre exactamente eso. La conquista de Edgar Wrigth es tal, que nada más finalizar la película uno tiene la sensación de estar escuchando una banda sonora constante, ya sea al ritmo de «Tequila» o «Never, Never gonna give ya up».

El protagonista de la historia es Baby (Ansel Elgort), un joven y talentoso conductor especializado en fugas, que depende del ritmo de su banda sonora personal para ser el mejor en lo suyo. Cualquiera de sus giros de volante no tiene nada que envidiar a los locos de ‘Fast and Furious’. Cuando el joven conoce a la chica de sus sueños (Lily James), Baby ve una oportunidad de abandonar su vida criminal y realizar una huida limpia. Pero después de haber sido forzado a trabajar para un jefe del crimen (Kevin Spacey), deberá dar la cara cuando las cosas no salen como tenían planeadas.

Edgar Wright, conocido por películas como ‘Arma fatal’, ‘Bienvenidos al fin del mundo’ o ‘Ant-Man’, de la que salió un poco hasta las narices, logra traernos una frenética, admirable y musical película. Es cierto que mi amor por la música quizá haya provocado que no pueda dejar de pensar en este filme, pero es que ya os digo, es una absoluta gozada. Cada canción, cada compás, cada golpe, está perfectamente sincronizado con lo que vemos en pantalla. Vemos cobrar vida a todas y cada una de las canciones.

El joven Elgort, que a mi ya me cautivo en ‘Bajo la misma estrella’, se mete en la piel de Baby, un chico con problemas auditivos después de sufrir un accidente de coche. Ahora, ya un poco más mayorcito, una la música para ponerle ritmo a su vida y sus acciones. Chapó. Ansel logra dar vida a un personaje del que nos enamoramos y con el que sufrimos con cada volantazo que da en cualquiera de las persecuciones.

El resto del cast, Jamie Foxx, Kevin Spacey, Jon Hamm,… están fantásticos. Wright consigue construir personajes secundarios estupendos, a excepción de los femeninos. Aquí es donde la película debería de mejorar, bueno, ya es tarde para mejorar, por lo que es uno, y el único, punto flaco de la película. Dos son las actrices que vemos en la historia, Lily James como Debora y Eiza González como Darling. Ambas se quedan en la superficie y no llegamos a conocer a ninguna de las dos. Una verdadera pena.

Ya que quiero que sea una entrada sin spoilers no voy a contaros mucho más, pero una cosa hoy voy a decir, vedla. Esta maravilla audiovisual se merece que la disfrutéis y escuchéis en el cine. Es un placer encontrase con películas entretenidas, bien hechas y con una personalidad arrolladora.

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