Si, Oliver no estaba muerto, estaba de parranda. Bueno, técnicamente si que llegó a morir, y volvió a la vida. Pero lo que importa es que no está criando malvas, sino haciendo dominadas y poniendo miradas intensas, que es lo que todo el mundo prefiere. En los últimos episodios de Arrow hemos visto como el volver de entre los muertos ha complicado enormemente la vida de Oliver Queen y los suyos.
Oliver volvió de modo triunfal, pero le chocaron algunos cambios que habían tenido lugar en su ausencia. Es lo que tiene que, directa o indirectamente, te den por muerto. Por ejemplo, que Laurel haya tomado el testigo de su hermana no le ha molado nada, y así se lo comunica. Pero ella pasa de sus consejos y trata de enfrentarse solita al Conde Vértigo, lo que termina en una lucha con alucinaciones incluídas. Por otro lado a Thea le pasa de todo. Ollie le revela que él es Arrow, lo cual hace que se acerquen más que en mucho tiempo. Pero por otro lado, la pobre descubre que su nuevo ligue es mucho más que un DJ, ¡es un infiltrado de la Liga de Asesinos!
Y esto nos devuelve al tema principal de la temporada: Ra’s Al Ghul se entera de que Oliver está vivito y coleando. Ollie acepta a regañadientes que Malcolm Merlyn le prepare para lo que pueda pasar, a pesar de que todo el Team Arrow se opone. En una explosión de sinceridad, Ollie le cuenta a Thea la verdad sobre la muerte de Sara Lance, y Thea entra en cólera: está decidida a entregar a su padre a Ra’s. Y así lo hace. Pero Oliver no va a quedarse de brazos cruzados, y acude a rescatarlo para que su muerte no pese sobre los hombros de Thea. Y cual es su sorpresa cuando en Nanda Parbat el mismísimo Ra’s le concede la libertad, pero haciñendole una propuesta: ya que ha sobrevivido a su espada, debe ocupar su sitio y convertirse en el siguiente Ra’s Al Ghul. Ollie rechaza la oferta, y entonces Ra’s le amenaza con hacerle la vida imposible. Y así empieza a pasar: el detective Lance se vuelve en su contra, la ciudad también. ¡E incluso se hace pública su identidad secreta! Ollie se entrega y es apresado por la policía, pero Roy no puede estarse quieto. Y más con la conciencia tan sucia que lleva a rastras desde que matase a un policía cuando iba de mirakuru hasta las cejas el año pasado: se enfunda en el traje de Arrow y se entrega, dejando libre a Oliver de toda acusación.
